• Written by: Pedro E. Ramírez
• 12 mayo, 2021

La trama de la película John Wick tiene dos puntos que catalizan la acción. La muerte de su esposa y la muerte de su perro. Pero, ¿Y si ninguno de los dos hubiera muerto? Sí Keanu Reeves hubiera podido vivir una tranquila vida, criado hijos y no hubiera asesinado a la mitad de la mafia rusa? Estas preguntas seguramente rondaron la cabeza Derek Kolstad al preparar el guion de Nobody.

 Lo cual no debería extrañar a nadie pues el también escribió las películas de John Wick. Kolstad, junto al director Ilya Naishuller nos traen a la pantalla grande una película divertida e ingeniosa sobre violencia extrema.

En esta ocasión nos presentan a Hutch Mansell. Él parece ser un hombre suburbano ordinario, con un trabajo regular, una esposa que no lo aprecia, una casa, dos hijos y una vida mediocre. Sin embargo, cuando una noche una pareja de ladrones entra en su casa, algo despierta en Hutch que lo llevará a retomar un pasado olvidado. Un pasado de violencia, destrucción y que atraerá problemas inesperados para su tranquila vida familiar.

En primera instancia, debemos reconocer el patrón. Violencia extrema conjugada con humor negro, acido. Esto es resultado directo de la franquicia John Wick, la cual dio permiso a los cineastas de acción de no tomarse tan en serio las producciones. También permitió que los directores de fotografía se permitieran jugar con las tomas y planos, creando un muy disfrutable baño de sangre.

«I’m gonna mess you up»

Hutch es interpretado por Bob Odenkirk, mejor conocido por su entrañable papel de Saul Goodman en Breaking Bad y Better Call Saul. Desde 2018 Bob se ha preparado para cambiar de un actor y escritor de comedia a la acción. Para esta película entrenó y realizó la mayor parte de sus stunts. Es una sorpresa encontrarse con una interpretación, actoral y física, que rompe la idea que tenemos de los actores.

El personaje es el pináculo de la emasculación suburbana llevado a su extremo violento. Por tanto, cuando encontramos el pasado de Hutch, y entendemos de donde vienen su particular conjunto de habilidades, solo puedes sonreír y vitorear cada golpe en la cara de los malos.

Otra actuación a destacar es la de Christopher Lloyd. Sí, ESE Christopher Lloyd. Nuestro querido Doc Brown ya esta viejo, y sin embargo eso no le impide patear traseros en esta ocasión. A sus 82 años, Lloyd ya no se mueve como Odenkirk, pero su fuerte es un sentido acido de la comedia.

Aún así, debemos aceptar la realidad. Los demás personajes en el reparto son figuras de cartón con la única función de seguir la trama mientras Hutch dispara, explota y pulveriza mafiosos al por mayor. El antagonista es un ruso genérico, la familia parece sacada de otra película y no ahondamos en muchos detalles sobre la realidad en la que viven todos.

«Don’t call 911»

Sin embargo, uno sabe a que se enfrenta al ir a esta clase de películas. No vas esperando la emotiva actuación ganadora del Oscar. La gente va a ver sangre, disparos y un soundtrack de locos. Y es justo lo que recibe. En abundancia.

Si están preparados para hora y media de estas tres cosas, desconectarse y divertirse con las ingeniosas masacres sin sentido, no se la pueden perder.

Si, por el contrario, la sangre, las explosiones o ver a un papa acribillando gente no es lo que buscan esta semana, seguro que encontraran algo bueno que ver en Netflix.

Y hablando sobre pelis para papás, chequen el anuncio de la nueva biopic de KISS.

¿Andan en mood de shockear abuelitas? seguro querrán ver El baile de los 41.